La bendición está sobre el que con sus acciones diarias procura ser persona que arriba solución a los demás, alejando la infamia, violencia y aversión y, acercando hacia  la rectitud y Justicia. A fecha, tenemos en boga la falta de normas de conducta a esto denominamos bueno, y todo lo que exprese algo de restricciones le denominamos mal.

Somos proclives a  cometer lo contrario a la Justicia vamos legalizando en nuestra percepción todo lo antes malo y que tome el lugar de bueno,  así creemos ser libres cuando en realidad somos esclavos de la injusticia. Con el único detalle  en tal caso, somos conducidos a muerte y languidez paulatina. Requeriremos más injusticia para creer que logramos salir; en cambio, más acrecentamos nuestras falencias.

Existe una forma de escape de la injusticia  y no es la religión, sino retomar el camino de la Justicia practicada; el ser de bienestar dentro del ámbito de la rectitud; cimentando nuestra fe en el único Dios por, sino lo hemos palpado.