Con finalidad, de abrir los ojos a la forma de progresar correcta por tanto, se reitera que la práctica diaria de Justicia, bondad y verdad finalmente, hace obtener la vida abundante y longeva. Tornar hacia la rectitud y honestidad, esto es, volverse a Dios y no religiones.

Ser oído por Él que juzga a vivos y muertos requiere quitar todo lastre que impida ser impoluto en esta vida. Solo tenemos una forma y es el medio ofrecido Cristo. Para obtener la herencia deberemos forjar nuestro proceder diario a lineamientos de conducta que Cristo expreso. Nada importa de religiones y ritos.