lunes, 16 de enero de 2017

La soberbia, impera y se yergue en todo momento; obnubilando efectivamente, divisar el camino de Justicia. La humildad y candidez se toma como defecto; por eso se relega  de practicar honestidad, bondad y proceder en el camino de la verdad. La infamia, corrupción y toda obra ruin es inmanente a la naturaleza humana; pero lo único que puede contenerla es la madurez Espiritual.


Hemos, defenestrado de lo  divino; produciendo decadencia moral. Contumaz, con los resultados  no osamos practicar Justicia; quitando la soberbia de creer ser mejor que los demás. Es cierto, que la disciplina, entereza y actitud es  de mucha ayuda; pero no perdamos de vista lo divino que predomina, sobre todo ámbito.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario