Tener un
carácter compasivo, fraternal, misericordioso, humilde; no devolviendo mal por mal, ni maldición por
maldición, sino bendiciendo son los requerimientos, para heredar bendición.
Lamentablemente,
la forma de desempeño hogaño es con base a la violencia y truhanerías; cada
día, estamos más distantes de ver días buenos.
Por la asiduidad de injusticias y defenestrar de la fe en el único Dios, no concebimos:
apartar nuestra lengua del mal pensado y ejercido, ya que uno lleva a lo otro.
El apartarse del mal proceder resulta en gran esfuerzo, cuando cunde la
injusticia y perversión; pero lo valorable a sopesar, debería ser como
transitar la vida con gozo, paz y armonía.
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