Obedecer a
lo que nos parece grato idóneo y provechoso no posee mérito alguno. El meollo
del asunto radica en obedecer a lo que no agrada ni trae placer; pero emana de
Justicia. Cada día, estamos más obnubilados por la injusticia esto es, lo aberrante
denominamos diversión y lo Justo, aburrido. Tomamos como acciones a trebolar,
lo que debería avergonzar; se vocifera la irresponsabilidad como audacia;
cuando es lo que desmedra un sano carácter.
Hasta los religiosos tienen la palabra como fuente de ganancia; puede ser por ser sinuosos o al menos ignorar que es Justicia; pero cada uno recibirá conforme a sus acciones, aquí y ahora, sea bueno o malo.
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