sábado, 21 de octubre de 2017
Al desechar las normas para portar buena vida y que no son limitantes a la libertad; al llegar las consecuencias adversas de nuestro proceder disipado, no tendremos auxilio de quien libre de temores, terrores, calamidad y tribulación. Entonces solo tendremos nuestras estimaciones perversas, para saciar nuestras carencias.
Pero el que preste oido a palabras de Justicia, equidad y bondad habitará confiadamente, estará tranquilo, sin temor del mal. Porque los rectos habitarán en la tierra y los de limpio corazón permanecerán en ella (hasta cumplir su propósito). Pero los malvados serán cortados de la tierra, por sus propias acciones, y desarraigados los transgresores.
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