jueves, 9 de noviembre de 2017

La decadencia bulle por cuanto se ha minimizado y soslayado toda obra perversa e injusta, todo humano tiene presto el corazón a realizar cosas malas. La vida del impío es como una sombra y la misma impiedad le destruirá, sino procede a la rectitud. Le va bien en esta vida y la venidera al que internaliza el carácter de Cristo. A nivel familiar relaja las normas morales y le presentarán aberraciones, así como el pensamiento débil dicta y aliciente es a la decadencia. Obtener vida pletórica no sé sustenta en el pensamiento débil, que nada le importa la Justicia, sino en la práctica asidua de Justicia, verdad y bondad.

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