Ninguno que otorga preminencia a lo terrenal fuera de responsabilidad, es apto para el reino de Dios. No dejes de confrontar al mitómano, para que abandone la mentira; no dejes de decir al que hace mal; cuando sepas hacer lo correcto y ofrezcas ejemplo, que reemplace lo marrado. No ufanarse de acciones que es nuestra obligación realizar; recuerda, lo mínimo que se espera de ti es cumplir los compromisos. Un compromiso de vida es ser identificado como portador del ejemplo de Cristo, cuando decides por el reino de Dios internalizando su carácter.