El rechazo o desagrado es aliciente, para cambiar en el desempeño de estimar anacrónico este; otrora la justicia, responsabilidad y sentido de honor forjaba todo crédito, pero hogaño es por el grado de malicia con algo pignorado que apalanque.
La decadencia que vierte la injusticia, sumerge en languidez toda vislumbre de moralidad. Un aliciente para surcar al proceder con justeza, debería ser la presente incomodidad de la languidez que no es normal.
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