Dios estará en contra y no para bien al no querer oír su voz, y especular con la práctica de las directivas Divinas contenida en su Palabra.
En la vorágine de la vida moderna concedemos prioridad a lo marcado por la fuerza de arrastre de la mayoría, tratando de encajar, pero no consideramos portar la vida con carácter de ser merecedor de más vida aquí y ahora por la asiduidad de nuestras acciones en justeza, honestidad y decoro al hablar y actuar.
La vida eterna es ahora al recibir beneplácito y benevolencia en evidencias tangible de que Dios existe.
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