Apartarse de iniquidad, no tolerar el desempeño de los mentirosos o que con falsía realizan toda obra es parte de la santidad. No ser infiltrado por la cobardía en procederes correctos parece obra peliaguda en tiempos ávido de ganancias fáciles donde se incurre en artilugios o triquiñuelas para apropiarse de beneficios ajenos.
El temor debido a Dios es a no realizar lo que esté fuera de su carácter de justicia y rectitud, con tal proceder en mente alcanzaremos mejoría a lo que estimamos como bueno. Percibir solo lo que nos hará bien es el mejor camino bajo el escudo de protección que es la santidad.
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