Quien
pretende practicar rectitud, justicia e integridad no deberá consentir esas pequeñas concesiones donde contempla y
se regocija con la práctica de la maldad, perversiones y deshonestidades pues,
tarde o temprano seremos arastrados a practicar con lo que llenamos nuestro
corazón a través de nuestros ojos.
De lo que
vemos y escuchamos está lleno nuestro interior, para materializarlo por
acciones y conductas diarias, reflejadas en nuestro comportamiento y trato con
nuestros semejantes.
No deberemos flaquear en cuanto a desistir de seguir la rectitud dado que esta rinde frutos para vida en abundancia y tranquilidad mejor que la injusticia.
El ver, tolerar lo pervertido a un estilo de
vida justo, va creando insensibilidad
hacía, poder discernir lo justo
de lo injusto
No deberemos flaquear en cuanto a desistir de seguir la rectitud dado que esta rinde frutos para vida en abundancia y tranquilidad mejor que la injusticia.
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