En el reino
de las tinieblas, para hacerte rico guardas y no le das nada a nadie.
En el de luz, si no das, vienes directamente a
pobreza.
En el reino
de las tinieblas, si quieres ser grande, vas a pisarle la cabeza a todo el
mundo.
En el Reino
de luz, te humillas y Dios te exalta.
El análisis
es de la mente, del alma, no del espíritu.
Muy fácil
podemos evidenciar por doquier que hasta los que dicen ser de religiones,
evaden está forma de vida adoptando la que la mayoría maneja.
Si no
practicamos las pautas para ser merecedores de vida abundante jamás
comprobáremos la eficacia de estas directivas.
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