Alcanzar
los objetivos propuestos, no siempre serán cuestión de entusiasmo y voluntad
sino de carácter, entereza y firme convicción de practicar lo conducente a
lograr lo deseado.
De la misma
forma deberemos abandonar toda práctica que no sea conducente a lo deseado,
esto es esencial para lograr todo aquello que hemos estipulado alcanzar.
Jamás sin
trabajo y esfuerzo lograremos algo digno de ser portado ante la vista de los
que transitan por la luz de la Justicia.
Si podremos
encontrar atajos que nos ofrecen la injusticia, mentira, robo y violencia que
es originada por la avaricia, egocentrismo y amor propio.
Es muy
habitual el comportamiento injusto, solo que esto nos conduce a muerte
paulatina e ignorancia de la existencia del camino a vida que es la justicia,
verdad y bondad.
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