domingo, 16 de abril de 2017

De la forma que omitimos la advertencia a quien erra; estamos confiriendo autorización y consentimiento ante lo errado. Aumentan las falencias de vicios, infamias y rapiña, por ignorar actuar en rectitud, por creer que es gran esfuerzo la práctica de Justicia; pero la fatiga de la Justicia es presente sin principios Espirituales activados en Cristo.

A nadie le agrada que profieran sus falencias pero es necesario. Si deseamos corregir o enmendar algo. Dicen “Que él entendido aprende del error propio; pero el sabio aprende del error de los demás”.   

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