lunes, 17 de abril de 2017

El  consentir, regodear y tolerar; aberraciones, depravaciones e injusticias hace recibir  tratos como los que practican tales acciones. Por eso, muchos languidecen; ya que el mal (en sus consecuencias) alcanza sin dejar impune a sus actores activos o pasivos.

 Observemos, como los habituados a la rapiña, robo, infamia y violencia, cada día, requieren más para medio saciar sus apetencias. De penetrar en la vorágine del mal; vida vacía sin propósito tendremos, pronto. Hogaño impera la cultura del no trabajo; aumentando el ocio y la malicia.       

No obstante, la práctica de Justicia ofrece vida longeva  y goce de paz aquí y ahora.

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