Ser
merecedor de promesas tiene estrecha relación con practicar obediencia a
carácter Justo, verdadero en bondad y misericordioso siempre, sin acepción de
personas. Lo bastardeado del presente es desear las promesas sin las condiciones de cumplimiento.
Transitamos la vida en languidez;
implorando prestado de quienes no conozcan nuestro carácter por lo antitético a
lo requerido para alcanzar promesa. No erremos la injusticia conduce a la
muerte, y la Justicia a vida plena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario