Solemos, replicar las guarangadas, estulticias y estropicio, que se acentúa cuando no se le propina lo punible; aumenta la maldad por cegar los valores morales, que evidencia lo deleznable que hoy es loado.
Lo justo, de buen nombre y recto no es suplicio practicarla cuando la justeza impera en todo el ser por Jesucristo.
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