Cuando
contamos con nuestros actos realizados dentro de los frutos de la luz, que es
la bondad, justicia y verdad, antes de que aparezca la necesidad veremos
cubierto ese requerimiento futuro de nosotros o tal vez de los que nos rodean.
Por
cobardía no empleamos la verdad como concepto.
Por
aparente conveniencia decidimos alejar nuestros actos de la justicia, que rinde
frutos para una vida pacifica, en un tiempo oportuno.
Por egoísmo
decidimos hacer caso omiso a los requerimientos de los necesitados, recursos que tenemos a mano.
A parte de
proveer lo requerido o parte, debemos tener la capacidad para instruir los
actos futuros a la luz.
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