La
avaricia, corrupción de funciones no parece ser algo nuevo, entonces la única
forma de erradicar estas malas prácticas es a través:
De un
cambio de mentalidad donde decidamos practicar lo recto y justo según
apreciación de nuestro Creador por convicción
y no por mera obligación.
En el
momento que decidamos regirnos por convicciones justas, integras y honestas
nuestras prioridades variarán, tal vez tengamos como estimulo una situación
adversa, que abra nuestros ojos hacia la
necesidad imperante de rectificar nuestro desempeño de vida.
De no
requerir estimulo y rectificar mucho palparemos los frutos de justicia
practicado y que variarán nuestra apreciación de esta vida para bien.
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