Cuando
nuestros intereses son comprometidos como ingresos, bienes y relaciones que
pueden dejarnos contactos viables para un próximo ingreso, no dudamos en
defender sin importar lo justo, recto y verdadero que haya en la manera que
hemos tomado para defender, y mucho menos el daño causado, pensamos si este
daño es mayor mejor para nosotros .
No logramos
percibir que si daño proporcionamos a nuestros semejantes, daños recibiremos de
nuestros prójimos.
Que tal es
nuestro desempeño diario, así será tapizado
nuestro caminar por la vida, es mejor decidir
ser practicante de justicia, veracidad y bondad que decidir actuar como
la mayoría cimentada sus acciones en robo, violencia e injusticia.
Los frutos
de nuestra decisión transformarán la vida en algo llevadero gozando de paz,
abundancia y larga vida bajo la justicia o lleno de adversidades, angustias y desesperanza
bajo la injusticia.
Aquí es
donde somos los constructores de nuestro destino al elegir, solo no nos dejemos
engañar por los aparentes beneficios de un proceder injusto.
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