viernes, 18 de enero de 2013


Olvidarse de Dios implica dejar a un lado la verdad, justicia, y bondad en cada acción ejecutada, adoptando toda cosa que reste responsabilidad de nuestros actos, y nos haga creer que somos animales irracionales y por eso nos apartamos de todo valor moral, que exalte un carácter de vida digno de vida abundante.

También implica abandonar todo acto de bondad hacia el necesitado, teniendo al alcance de nuestra mano lo necesario para socorrer al necesitado,  es claro que es menester distinguir al carenciado verdadero del que solo busca timar.

Ese discernimiento sabio, sólo Dios lo provee cuando decidimos operar diaria mente como el desea que accionemos y poco importa si llevamos una biblia bajo el brazo o asistimos a centros de religiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario