Olvidarse
de Dios implica dejar a un lado la verdad, justicia, y bondad en cada acción ejecutada,
adoptando toda cosa que reste responsabilidad de nuestros actos, y nos haga
creer que somos animales irracionales y por eso nos apartamos de todo valor
moral, que exalte un carácter de vida digno de vida abundante.
También
implica abandonar todo acto de bondad hacia el necesitado, teniendo al alcance
de nuestra mano lo necesario para socorrer al necesitado, es claro que es menester distinguir al
carenciado verdadero del que solo busca timar.
Ese
discernimiento sabio, sólo Dios lo provee cuando decidimos operar diaria mente
como el desea que accionemos y poco importa si llevamos una biblia bajo el
brazo o asistimos a centros de religiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario