La
misericordia practicada en nuestro diario vivir por nuestras acciones, ayudando
a los requerimientos de necesidades no deseos a quienes están a nuestro
alcance, coadyuvar en algo para el mejoramiento de su calidad, de vida nos
asegura.
Nosotros
mismos también seremos merecedores de recibir misericordia, en el momento
oportuno de valorar y agotar nuestras habilidades en ese rubro.
Recordemos
que toda acción tiene su fruto de retribución, de la misma calidad de la acción
ofrecida.
Nunca
padeceremos algo que no traiga un fin específico, aunque la forma de
presentarse no sea de nuestro agrado lo requerimos de esa manera.
Pues la
única manera de recapacitar sobre nuestro desempeño sobre la vida, prestando
verdadera atención y mejorar al respecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario