Cuando
existe algo que compromete nuestro confort, o simplemente nuestra libre
participación para la obtención, de algo que nos favorece en determinado
ámbito.
Recurrimos
a lo más elevado en poder que conozcamos, humana mente y Espiritualmente, esto
es para los que creen en lo Espiritual.
Creyendo
que lo Espiritual se mueve al compás de nuestros sentimientos, sin importar lo justo y recto de nuestro
reclamo que pueda tener.
Tratando a
nuestro Creador como el niño de los mandados, si haces esto yo hare aquello, y todo
lo que se comporte de esta manera NO es procedente de Dios.
Somos muy
dados a reclamar pronta mente, sin analizar si esa situación es producto de
nuestras decisiones con un fin específico.
Por muy
descabellado lo presentado recordemos que todo acontece para algo, en el
momento no lo vemos.
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