De forma
fácil somos identificados por nuestras accione o frutos de vida, como
colaboradores de justicia o adversos a ella y esto determina el tipo de camino
que decidimos transitar.
Para
hacernos adversarios a lo bueno, solo basta dejar obviado la justicia ante alguna
o toda acción realizada.
En la
similitud de un árbol nuestro fruto son las acciones realizadas con las
intenciones realizadas lo que determinará si somos de fruto viable a la
justicia, verdad y bondad o de otra manera somos de frutos malos.
Decidir ser
árbol bueno, no es lo mayoritario, por eso tanta decadencia social evidenciada
por vidas paupérrimas, tratando de sobre vivir sin tener vida abundante y
pacifica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario