Cuando
nuestras convicciones están bien dirigidas, hacia nuestro Creador actuando con
justicia, verdad y bondad en todo
ámbito, tengamos por seguro que ningún enemigo podrá hacernos frente,
nada más tengamos presente que, no siempre se nos presentará abierta mente las
intenciones verdaderas de los enemigos,
adversario y causarán el daño que permitamos cayendo en sus engaños.
El pago de
cada uno dependerá de nuestras acciones, recibidas en esta tierra sean buenas o
malas.
Por lo anterior
no debe sorprendernos los acontecimientos causados por nuestro comportamiento
hacia los demás, independiente mente el grado de afinidad que tengamos hacia
esa persona.
Recordemos
que trata a los demás como deseas ser tratado.
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