Si
determinamos practicar rectitud y justicia acompañado de bondad que es la
contrapartida de la maldad, veremos que los frutos de nuestras acciones
encaminan nuestra vida sin esfuerzo alguno al propósito de permanencia sobre la
tierra.
De otra
manera, de igual mente seremos encaminados pero a la destrucción paulatina de
nuestro ser por:
Hábitos,
adicciones, daños provocados por nuestra s decisiones incorrectas, la mejor
manera de averiguar si nuestras acciones son correctas o no es ver un poco más
allá de nuestra persona.
Evitando
dañar a los que nos rodean o a nosotros mismos.
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