viernes, 4 de enero de 2013


De la misma manera que hemos decidido ser objetos de tratamientos, por nuestras acciones buenas o malas, el fruto de nuestras acciones tapizarán nuestro caminar siempre.

Por lo anterior deberemos procurar toda acción, sin acepción de personas e incondicional en cuanto a reciprocidad recibida.

Observando que en aquello que intervengamos tan solo de nombre este acompañada de justicia, rectitud, verdad y bondad.

A fecha es complicado cuando toda  estas características están consideraras como de totas e inútiles, sin comprender que precisa mente estas cualidades son las que conducen a la vida abundante, longeva y pacífica.

En esta omisión tenemos como fruto, que los hijos se mueren antes que los padres.

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