Tenemos en
poco las exhortaciones basadas en rectitud, que resulta molesto, entrometido y
ajenas a nuestras conductas diarias, donde la rectitud es pensamientos absurdo.
Ya que
estamos acostumbrados a seguir la conducta de la mayoría, sin querer analizar qué
es esto precisa mente la que produce tantas adversidades y reveces porque la
forma de prosperar es compartir de lo poco, mostrando generosidad y haciendo
que nuestras palabras tengan valor haciéndolas efectivas.
Lo que
pronunciemos procuremos que sea viable para realizar, sin acepción de personas,
dentro de la justicia y verdad que conducirá nuestra vida rumbo a la abundancia
y paz de acciones diarias.
No se nos
olvide abandonar el egocentrismo, la avaricia y las expresiones de nuestra boca
que no edifican a los que nos escuchan, más bien destruyen nuestra reputación.
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