viernes, 4 de enero de 2013


Tenemos la nefasta manera de hablar por indirectas, sobre todo las mujeres que sin misericordia a los hombres, que con dificultad comprendemos las directas, estamos capacitados para una actividad a la vez no varias, y deben especificarnos no dar por sentado que algo se ejecutará por ser evidente. Es común de hombres caminar o mascar pero no siempre ambas bien en algunos.

Es de personas rectas pronunciar precisa y concisa mente las tareas a realizar.

No cayendo en ambigüedades, palabras que distorsionen el mensaje, o doble mensajes esto puede perturbar nuestra apreciación de carácter hacia la persona que hace uso de esta manera torcida de comunicación; llevando a la pérdida de credibilidad y responsabilidad ante superiores laboral mente que posean   algo de cultura.

Lo creamos o no en algunos casos esta forma de comunicación puede alentar al trato indeseable laboral mente repercutiendo en otros ámbitos.

 

 

 

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