Si cada uno
recibe pago de sus acciones sean buenas o malas, pero ese pago será determinado
por la elección tomada en cuanto a la justicia, verdad, bondad empleada para
tales acciones, y al Todo poderoso escudriña nuestros corazones y no podemos
ocultar nada.
Vano es
escudar nuestras verdaderas intenciones tras ritos, costumbres y actitudes
hipócritas, simuladas o fingidas, delante de los hombres quienes podemos
engañar momentánea mente, pero los
frutos de nuestras acciones se encargarán de evidenciar la realidad de nuestra
vida.
Conducir la vida en este tiempo donde muchos
hipócritas profesionales de religiones proliferan, parece confuso, si nos
apegamos a ellos pero si decidimos optar por la rectitud verdad y bondad en
toda acción realizada o tramada de seguro atracaremos en la vida pacifica,
abundante y longeva deseada.
No
necesitaremos de religiones que estorbar al propósito del Todo poderoso para
alcanzar la calidad de vida que desea que evidenciemos a nuestros semejantes.
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