Todo el
nacido de mujer no es justo por naturaleza, más puede llegar a serlo por
convicción esa fuerza interna que nos constriñe a realizar nuestros actos
diarios dentro de la justicia, verdad y bondad
Siendo ese
momento donde evidenciamos que tanto de nuestro
Creador portamos en nuestra vida y no hacemos alarde vano de rituales o
reuniones infructuosas.
Es más
grato para un vivir pacifico las actitudes justas, que inmiscuirse en
religiones donde prolifera la hipocresía, murmuraciones y toda clase de acciones
detestables delante del Todo poderoso.
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