Es fácil
tomar la forma de los demás, sobre todo cuando estas representan menor esfuerzo
y trabajo.
No frecuente es analizar los frutos que nos
producirá la forma elegida, pero si común es escuchar los alaridos por los
frutos recibidos en desempeño injusto, falso y mezquino.
Por
comodidad no decidimos marcar la diferencia en nuestro desempeño diario
con justicia, verdad y lleno de bondad
hacia nuestros semejantes porque esto requiere de esfuerzo y trabajo.
Y carecemos
de modelos ejemplos de este estilo de vida que produce buenos frutos, por eso
si alguien pretende decirte la forma de cambiar el rumbo de la sociedad,
debería ser esa persona modelo de carácter que proclama.
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