Hoy
intentamos quitar de nosotros toda
diferencia entre lo bueno, según una buena conciencia delante de
nuestro Creador y lo malo que nos aleja
del propósito para el cual fuimos creados.
Sin
comprender que eso que deseamos eliminar, es lo que nos protegería de toda
desgracia y sobre salto angustioso si decidiéramos practicar justicia, verdad y
bondad.
Una y otra
vez intentamos convencer a cuantos nos obedezcan que lo bueno es lo perverso, desleal,
corrupto denominando a estas prácticas divertidas, causales de placer
realizarlas o tolerarlas.
Cuando
deberíamos juzgar por el fruto de ellas en vida propia y de quienes adoptan
este estilo de vida mayoritario, tenemos delante la vida corta basada en la
injusticia y la vida larga basada en la justicia que produce paz, abundancia.
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