Hacer lo
recto y justo implica ir contra lo practicado diaria mente, según la mayoría
que acostumbra ejecutar lo violento, infame, y falso.
Mientras no
alcancemos la calidad moral, para discernir lo bueno, justo, verdadero y
misericordia acorde a estos preceptos de vida, no variaremos nuestra conducta
por muy voluntarista, que desee cambiar los frutos de vida cosechado, como
consecuencia de nuestro proceder.
Primero
deberemos experimentar un lapso circunstancial que nos decida querer dejar de
recibir el tipo de fruto adquirido a fecha y decidir ser modelo de conducta
recta e integra delante de ojos de los que nos rodean.
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