viernes, 5 de octubre de 2012


Algunos permiten guiarse por una mente ilusa, entregándose a ritos religiosos, hábitos que afectan  la manera de comportamiento, ante lo Justo,  recto y verdadero hacia nuestros semejantes.
Resulta  que ante saber que ese hábito daña su vida, no puede desistir de practicarlo porque su voluntad requiere esa fuerza que sobreviene de reconocer la ayuda Divina y toda acción de pensamiento, palabras y actos, sea regida por la rectitud, honestidad e integridad.
Es claro que esto es progresivo o no de la manera que fuimos apagando nuestra conciencia, con la realización de nuestras acciones desviadas al propósito de vida que es conducirse en lo justo, recto, bondadoso.
Que marcará nuestra longevidad de vida, como aprobación de vida ante la calificación de la administración de vida.

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