Como se
vuelve en nuestra vida el fruto provocado por nuestras acciones, de ahí dependerá que tengamos puertas abiertas o
cerradas a nuestro peregrinar diario porque, con el odio, envidia e ira o por
el contrario con la justicia, veracidad y misericordia dependerá de los frutos
benignos o adversos recibidos con el ímpetu otorgado a nuestros semejantes.
Donde juicio es separación de lo que son
nuestros preceptos de vida, como la justicia, verdad y bondad y que ahora
muchos deciden dejar a un lado practicando diaria mente la injusticia, falsedad
y egoísmo no debe asombrarnos las adversidades que inundan las sociedades
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