Conforme a
nuestros hechos que empieza con nuestros pensamientos, continua con nuestras
palabras y culmina con las obras de nuestras manos regidas por pensamientos y
palabras es que recibimos frutos de nuestro actuar diario empezando desde casa,
trabajo y todo ámbito de desempeño.
Miremos bien como deseamos forjar nuestro
ambiente diario que depende del grado de justicia, verdad y misericordia
empleado en cada una de nuestras acciones diarias ofrecidas a los que nos
rodean
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