Como
logramos identificar bien todo aquello que contribuye a la exaltación de
nuestro egocentrismo, principal motor de la injusticia, mezquindad y
depravación no permitimos a nuestra conciencia evaluar, los frutos recibidos
por las acciones con el fin de elegir la mejor forma de comportamiento entre nuestros
semejantes, que brindará paz y satisfacción ante nuestro Creador y los que nos
rodean.
Tal vez el
cúmulo de acciones pervertidas acostumbradas, elimina la opción de poder querer
actuar con rectitud e integridad, pero así como aprendimos a actuar pervertida
mente al propósito de creación, también acción por acción podemos reprogramar
nuestro actuar en justicia, solo que nosotros debemos decidir ser modelo de
rectitud.
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