Andar o
vivir tranquilos implica desarrollar un ambiente de paz, por medio de mantener
presente, que en la procuración de la paz de los demás esta nuestra paz.
Algunos
políticos no llegan a concluir que el amor del cual se requiere no es el fileo
el fraternal sino el ágape que es el de carácter justo y recto verídico lleno
de bondad hacia toda acción diaria ejecutada.
De llegarlo
a comprender de seguro no lo dirían por la sencilla razón de que por doquier
somos propalados a un actuar egoísta y mezquino hacia todos los que nos rodean.
Lo valiente
fuera encaminarnos hacia la paz, que fruto de tal acción tendremos.
 
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